Nuestro sistema digestivo
Para entender mejor los dolores digestivos, es necesario saber que, en primer lugar, la digestión empieza con el primer bocado. Los alimentos se procesan y transportan por el tracto digestivo (un tubo continuo y hueco que mide entre 9 y 10 metros de longitud) y pasan por diferentes estaciones dentro de nuestro cuerpo para que se conviertan en nutrientes y energía. Cada estación tiene una función concreta para nuestra digestión. Dependiendo del tipo de alimento, así como de otros factores, de media, algo que comemos tarda entre 24 y 72 horas en recorrer todo el sistema digestivo.
El equilibrio adecuado de los movimientos
Nuestro tracto digestivo está alineado con capas delgadas de músculo que se contraen en ondas rítmicas. El movimiento resultante se llama peristaltismo y permite impulsar los alimentos y líquidos hacia delante. El término motilidad intestinal se utiliza para describir la eficacia de la progresión del bolo alimenticio a través del tubo digestivo por la acción de los músculos intestinales.
Si la motilidad intestinal se reduce, se produce el estreñimiento, mientras que, si aumenta, tiene lugar la diarrea. Por regla general, no pensamos en este proceso, ni tampoco sentimos estas ligeras contracciones (que se manifiestan como retortijones). Esta secuencia de movimientos armoniosamente coordinados suele verse alterada en las personas que padecen trastornos gastrointestinales funcionales, lo que puede provocar dolor abdominal y calambres leves.
Los trastornos gastrointestinales funcionales presentan síntomas recurrentes que impactan en la calidad de vida de las personas.
Lo que comes no es sólo nutrición para ti, también alimenta a los millones de microbios que viven en tu intestino.
Una buena salud intestinal es importante para el bienestar general.