¿Qué son los trastornos gastrointestinales funcionales?
Si sueles tener problemas digestivos funcionales, éstos pueden tener un gran impacto en tu vida diaria. En ocasiones, ir al médico puede ser frustrante, ya que no siempre es posible un diagnóstico preciso, aunque el dolor abdominal y su impacto sí que lo son.
Si se pueden descartar causas orgánicas como la intolerancia alimentaria o las enfermedades intestinales inflamatorias crónicas, el diagnóstico puede ser un trastorno gastrointestinal funcional (TGIF), también clasificado como trastorno del eje cerebro-intestino.
Los TGIF pueden afectar a cualquier parte del aparato digestivo, o bien al estómago, como en el caso de la dispepsia funcional (DF), o al intestino como en caso del síndrome del intestino irritable (SII). Los síntomas pueden variar según la persona, pero la mayoría de pacientes con DF también sufren SII, y viceversa.
Aunque las causas todavía no se conocen en su totalidad, se sabe que factores como las infecciones previas, la genética, el desequilibrio de la microbiota intestinal y la intolerancia a ciertos alimentos, así como la nutrición desempeñan un papel importante en el desarrollo de problemas gastrointestinales.
Del 25% al 45% de la población española sufre TGIF
Más comunes: DF y SII
El SII es la segunda causa de absentismo laboral o escolar (siendo el resfriado común la más frecuente).
¿Cuáles son los síntomas y de dónde proceden?
Los TGIF incluyen diferentes síntomas, entre ellos:
- Dolor abdominal
- Hinchazón
- Flatulencia
- Calambres leves
- Saciedad precoz y plenitud después de comer
- Náuseas
- Ardor
- Eructos
- Vómitos
- Diarrea
- Estreñimiento
Algunos síntomas son específicos de la DF o del SII, aunque la mayoría suceden en ambos. De hecho, una de cada tres personas con DF sufre SII, y viceversa.
Los TGIF presentan 3 características principales: una alteración de la motilidad intestinal, hipersensibilidad visceral y un mal funcionamiento del sistema nervioso autónomo.
La motilidad intestinal hace referencia a la actividad muscular del aparato digestivo. En los TGIF, los espasmos musculares que impactan en la motilidad intestinal son más lentos o rápidos de lo normal, así como desorganizados, lo que en ocasiones causa dolor. Además, debido a los TGIF, la inervación del aparato digestivo se vuelve más sensible al dolor, desarrollando hipersensibilidad visceral, por lo que incluso las contracciones musculares normales durante la digestión o la hinchazón se perciben más intensamente como molestias o dolor.
Una alteración en el eje cerebro-intestino, que es la vía de comunicación entre el cerebro e intestino, también puede provocar aumento de dolor y dificultades intestinales que pueden agravarse por problemas fisiológicos como las emociones extremas y el estrés.
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Nuestro cerebro y nuestro sistema gastrointestinal están estrechamente conectados. Esta conexión puede alegrarnos o entristecernos.